La COCINA es un espacio de PAZ y no de GUERRA


Por TULIO Recomienda

Soy un tipo alegre por naturaleza; pero llevo unas semanas con un nudo en el corazón. Toda esta situación, toda esta peleadera, toda esta criticadera me tienen aburrido y desorientado. No entiendo el por qué algunos de nuestros cocineros, periodistas y amigos del sector han dedicado sus muros y sus valiosas columnas a destrozar, criticar, apabullar y despotricar contra todo y contra todos. Si un joven chef triunfa, se le muele; si hay buena inversión en un local, "ahí hay plata mala"; si a un restaurante le hacen fila, "es porque los colombianos no tenemos gusto"; si un bloggero vive de su trabajo, "es un vendido"; si alguien hace una feria o una semana gastronómica, se le desprestigia; si unos restaurantes reciben un premio, "eso todo es pagado". Nada hay bueno ya. Cualquier triunfo genera tremendas suspicacias.

¿Todo esto es por qué? ¿De dónde nos ha salido tanto resentimiento? Quizás no soy nadie para insinuarlo; pero deberían utilizar sus espacios, tiempos y energías a impulsar la revolución gastronómica que todos añoramos; a promover la unidad y a demostrar que la cocina es un universo de paz y profunda democracia. TODOS tienen derecho. La cocina nos pertenece a todos y, como acto propio del ser humano, significa LIBERTAD. Nadie tiene que ser juzgado por crear, expresar o cocinar como sus sentimientos lo demanden. Nadie tendría que ser atacado por apropiarse de lo que es suyo por herencia, derecho y decisión.

¿En qué momento la cocina perdió ese sentido de unidad? ¿En qué momento cambiamos los condimentos por afiladas y dañinas plumas cargadas de ironía y contrariedad? ¿Cómo es posible que en un país donde la guerra nos ha robado tanto, esa misma guerra haya terminado convertida en el ingrediente primario con el que cocinamos ahora nuestros escritos? Luego justificamos los ataques auto nombrándonos y creyéndonos "guardianes y defensores de la cultura culinaria" ¿Quién nos entregó semejante título? Aquí no hay nada que defender, aquí hay que comunicar, compartir e instruir con cariño y seriedad; luchar por atraer a las nuevas generaciones para que mañana la cocina sea el anhelado y tibio abrazo que UNA al pueblo colombiano.

Con la crítica pública no se enseña nada. Con la crítica dolorosa no se cambia nada. Lo único que se logra es ahondar en problemáticas, odios y diferencias; lo único que se logra es ahuyentar a los que quieren aprender, crecer, trabajar y ser más felices. Porque la cocina es eso, ¿lo recuerdan? La cocina es FELICIDAD, y por ende, no hay espacio en ella para la guerra".

JUAN PABLO VALENCIA, Suegra
“Estoy en sintonía con Tulio. Es suficiente con el vaivén de dardos envenenados de nuestro Congreso, para que el mundo gastronómico se empiece a parecer a ese espectáculo de egos ¿Qué característica esencial debe tener un Chef? Pasión y tolerancia a la crítica”

ALVARO MOLINA, Casa Molina
“Me uno al sentimiento de mi amigo Tulio. Ha sido imposible juntarnos a trabajar por un mismo ideal. Asumo lo que me toca de su imploración por la paz y la unión. Creo que la crítica y el debate son necesarios, pero siento que debe ser elegante, con argumentos, libre de presiones y de intereses económicos o personales”

FEDERICO TRUJILLO, Sushi Light

Vivimos más pendientes de lo que hacen los otros. La clientela va donde les gusta. No vinimos a enseñar a comer, vinimos a servir lo que la gente quiere comer.

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