No me gusta CRITICAR; pero...



NUESTRA GASTRONOMIA ES LA PROTAGONISTA

El crédito es para la gente y su cocina, no para quienes la difundimos.
Por Tulio Zuloaga - Caballero de la Mesa Redónda
tulio@soyvino.com

El primer paso para alcanzar una verdadera revolución gastronómica es la unidad: Trabajo en equipo, honesta lucha y verdadera entrega. Los Caballeros de la mesa Redonda, están aquí.

Hace unas semanas, a través de un escrito llamado "Busco el sabor de mi espíritu" me comprometí a impulsar una revolución gastronómica apoyada en cada uno de ustedes. Una evolución hacia dentro y no hacia afuera, que nos lleve a identificar el verdadero sabor del espíritu colombiano. Estas palabras generaron alegría en unos y emociones adversas en otros. Fue entonces cuando entendí el por qué nos estancamos: "Hay quienes no dejan avanzar. Por su afán de autoproclamase precursores de toda lucha, menosprecian el trabajo de los demás y lastiman los intereses comunes". Recibí mensajes apoyando la propuesta, que no es mía, aclaro. Es una necesidad del pueblo colombiano que yo solo transcribo. Pero para mi sorpresa llegó una nota reclamatoria de un periodista gastronómico de la ciudad, donde exigía créditos por meterme en su terreno. ¿Escuché bien? ¿Nuestra gastronomía, la tuya, la mía, la de cada uno de nuestros paisanos es terreno de alguien más y tiene dueño?, no lo puedo creer. Me costó un poco entender el absurdo. Un reclamo que no han hecho siquiera los que verdaderamente podrían como Julián Estrada o Lácides Moreno, por nombrar a algunos. Ellos, por el contrario, han buscado con sus ideas impulsar a cada compatriota a que se apropie de lo que es suyo por derecho. Suele suceder en todos los campos, siempre aparece alguien que por haber trabajado un determinado tema se cree amo y señor, sintiéndose vulnerado si no se le nombra líder de todo proyecto. Nos falta equipo, adolecemos de unidad y humildad. Ignoramos lo que significa ser verdaderos líderes. Ustedes saben que mi estilo no es criticar, jamás lo he hecho y espero no volverlo a hacer, pero era importante establecer que una de las problemáticas que nos alejan de las anheladas metas culinarias es justamente esta: la falta de un fin común y noble; la completa desunión. Es eterna preocupación de algunos gastrónomos quienes, desde antes que este periodista y yo naciéramos, ya estaban batallando por devolver a la gastronomía colombiana el puesto que se merece tras siglos de vergüenza y confusión. ¿Será que el susodicho también les reclamó a ellos? Ya les preguntaré. Pensando en evitar este tipo de desastres mediáticos, que en nada favorecen nuestra sana finalidad, se generó en Medellín, y por iniciativa de cada uno de sus miembros, un grupo de apoyo gastronómico, integrado por reconocidos escritores y honestos dolientes de la gastronomía: LOS CABALLEROS DE LA MESA REDONDA. Los superhéroes de restauradores y comensales unidos por un fin común: Aportar su tiempo y conocimientos en beneficio del crecimiento de los fogones de la ciudad, y por ende, del paladar de sus habitantes. Son varios sibaritas y un comelón. Ese último soy yo. Y les otorgo ese título porque lo merecen. Juiciosamente cada Martes, y después de sus duras jornadas de trabajo, les veo sentarse a las mesas de los restaurantes escogidos para brindar a sus dueños y cocineros, una minuciosa y valiosa asesoría. Trabajan en silencio y sin recibir retribución alguna, más que la satisfacción de aportar desde su experiencia. Cada uno siente que este es un noble fin. Por eso les llamo “superhéroes” de sabores y saberes: Álvaro Molina (Gente), Juan P. Tettay (Paladares), Federico Trujillo (El Gourmet), Claudia Arias (Diners), Juliana Vicente (Donde Comer), Juan Felipe Quintero (El Colombiano), y yo, el comelón, quien toma las notas de estos titanes del sutil universo del fuego. Ellos, y sin buscarlo, se han convertido en ejemplo nacional de las buenas prácticas, la amistad y el colegaje que tanta falta hace en todos los aspectos de nuestras vidas.

Concluyo: Si el objetivo es el crecimiento de lo que se cuece, asa y amasa en estas tierras, entonces el único protagonismo debe ser para la gastronomía. Los nombres de quienes impulsan esta revolución, y que hoy he presentado aquí, se derretirán en sus generosos ideales, convirtiéndose en parte de la masa: Serán los sabios ingredientes de esta receta de ciudad, de la que todos pueden y deben ser cocineros, aportantes y partícipes. Bienvenida sea la era de los sabores de la patria.
 Los Caballeros de la mesa Redonda han visitado todo tipo de restaurantes y sus impresiones y artículos se publican en su propia página de Facebook.